Biblia Jubileo 2000 1Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo:
2Y tú, hijo de hombre, así dijo el Señor DIOS a la tierra de Israel: El fin, el fin viene sobre los cuatro cantones de la tierra.
3Ahora será el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti todas tus abominaciones.
4Y mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; antes pondré sobre ti tus caminos, y tus abominaciones estarán en medio de ti; y sabréis que yo soy el SEÑOR. 5Así dijo el Señor DIOS: Un mal, he aquí que viene un mal. 6Viene el fin, el fin viene; se ha despertado contra ti; he aquí que viene. 7La mañana viene para ti, oh morador de la tierra; el tiempo viene, cercano está el día; día del alboroto, y no será eco de los montes. 8Ahora presto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti todas tus abominaciones. 9Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; según tus caminos pondré sobre ti, y tus abominaciones serán en medio de ti; y sabréis que yo soy el SEÑOR el que hiero. 10He aquí el día, he aquí que viene; la mañana ha salido; la vara ha florecido, la soberbia ha reverdecido. 11La violencia se ha levantado en vara de impiedad; ninguno quedará de ellos, ni de sus riquezas, ni de lo de ellos; ni aun habrá luto por ellos. 12El tiempo es venido, se acercó el día; el que compra, no se alegre, y el que vende, no llore, porque la ira está sobre toda su multitud. 13Porque el que vende no tornará a lo vendido, aunque queden vivos; porque la visión es dada sobre toda su multitud, y no será cancelada; y ninguno en su iniquidad de vida, se esforzará. 14Tocarán trompeta, y aparejarán todas las cosas, y no habrá quien vaya a la batalla, porque mi ira está sobre toda su multitud. 15De fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que estuviere en el campo morirá a espada; y al que estuviere en la ciudad, lo consumirá hambre y pestilencia. 16Y los que escaparen de ellos, estarán sobre los montes como palomas de los valles, gimiendo todos, cada uno por su iniquidad. 17Todas las manos serán descoyuntadas, y declinarán como aguas todas las rodillas. 18Se ceñirán también de cilicio, y les cubrirá temblor; y en todo rostro habrá vergüenza, y en todas sus cabezas peladura. 19Arrojarán su plata por las plazas, y su oro lejos; su plata ni su oro, no los podrá librar en el día del furor del SEÑOR; no saciarán su alma, ni llenarán sus vientres, porque será caída por su iniquidad. 20Por cuanto la gloria de su ornamento pusieron en soberbia, e hicieron en ella imágenes de sus abominaciones, de sus estatuas, por eso se la torné a ellos en alejamiento; 21y en mano de extraños la entregué para ser saqueada, y en despojo a los impíos de la tierra, y la contaminarán. 22Y apartaré de ellos mi rostro, y violarán mi lugar secreto; pues entrarán en él destruidores, y lo contaminarán. 23Haz una cadena, porque la tierra está llena de juicios de sangre, y la ciudad está llena de violencia. 24Traeré, por tanto, los más malos de todos los gentiles, los cuales poseerán sus casas; y haré cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados. 25Tala viene; y buscarán la paz, y no se hallará. 26Quebrantamiento vendrá sobre quebrantamiento, y rumor será sobre rumor; y buscarán respuesta del profeta, mas la ley perecerá del sacerdote, y el consejo de los ancianos. 27El rey se enlutará, y el príncipe se vestirá de asolamiento, y las manos del pueblo de la tierra serán conturbadas. Según su camino haré con ellos, y con los juicios de ellos les juzgaré; y sabrán que yo soy el SEÑOR. |