Biblia Jubileo 2000 1Y a sus discípulos dice: Imposible es que no vengan escándalos; mas ¡ay de aquel por quien vienen!
2Mejor le fuera, si una muela de un molino de asno le fuera puesta al cuello, y le lanzaran en el mar, que escandalizar a uno de estos pequeñitos.
3Mirad por vosotros; si pecare contra ti tu hermano, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale.
4Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día se volviere a ti, diciendo, me arrepiento; tú le perdonarás. 5Y dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. 6Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diréis a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecerá. 7¿Y quién de vosotros tiene un siervo que ara o apacienta, que vuelto del campo le diga luego: Pasa, siéntate a la mesa? 8¿No le dice antes: Adereza qué cene, y arremángate, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come tú y bebe? 9¿Da gracias al siervo porque hizo lo que le había sido mandado? Pienso que no. 10Así también vosotros, cuando hubiereis hecho todo lo que os es mandado, decid: Siervos inútiles somos, porque lo que debíamos hacer, hicimos. 11Y aconteció que yendo él a Jerusalén, pasaba por medio de Samaria y de Galilea. 12Y entrando en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos, 13y alzaron la voz, diciendo: Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros. 14Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció, que yendo ellos, fueron limpios. 15Entonces uno de ellos, como se vio que estaba limpio, volvió, glorificando a Dios a gran voz; 16y se derribó sobre el rostro a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. 17Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpios? ¿Y los nueve dónde están? 18¿No hubo quien volviera y diera gloria a Dios sino este extranjero? 19Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado. 20Y preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el Reino de Dios, les respondió y dijo: El Reino de Dios no vendrá con observación; 21ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el Reino de Dios entre vosotros está. 22Y dijo a sus discípulos: Días vendrán, cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis. 23Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis. 24Porque como el relámpago, que resplandece de la región de debajo del cielo, resplandece en lo que está debajo del cielo, así también será el Hijo del hombre en su día. 25Mas primero es necesario que padezca mucho, y sea reprobado de esta generación. 26Y como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre. 27Comían, bebían, maridos tomaban mujeres, y mujeres maridos, hasta el día que entró Noé en el arca; y vino el diluvio, y destruyó a todos. 28Asimismo también como fue en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; 29mas el día que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y destruyó a todos. 30Como esto será el día que el Hijo del hombre se manifestará. 31En aquel día, el que estuviere en el terrado, y sus alhajas en casa, no descienda a tomarlas; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. 32Acordaos de la mujer de Lot. 33Cualquiera que procurare salvar su alma, la perderá; y cualquiera que la perdiere, la vivificará. 34Os digo que aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. 35Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra será dejada. 36Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 37Y respondiendo, le dicen: ¿Dónde, Señor? Y él les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allá se juntarán también las águilas. |