Biblia Jubileo 2000 1Según su antojo busca el que se desvía; en toda doctrina se envolverá. 2No toma placer el loco en la inteligencia, sino en lo que descubre su corazón. 3Cuando viene el impío, viene también el menosprecio, y con el deshonrador la afrenta. 4Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; y arroyo que rebosa, la fuente de la sabiduría. 5Tener respeto a la persona del impío, para hacer caer al justo de su derecho, no es bueno. 6Los labios del loco vienen con pleito; y su boca a plaga llama. 7La boca del loco es quebrantamiento para sí, y sus labios son lazos para su alma. 8Las palabras del chismoso parecen blandas, mas ellas descienden hasta lo íntimo del vientre. 9 También el que es negligente en su obra es hermano del gran desolador. 10Torre fuerte es el nombre del SEÑOR; a él correrá el justo, y será levantado. 11Las riquezas del rico son la ciudad de su fortaleza, y como un muro alto en su imaginación. 12Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, y antes de la honra es el abatimiento. 13El que responde palabra antes de oír, le es locura y oprobio. 14El espíritu del hombre soportará su enfermedad; mas ¿quién soportará al espíritu quebrantado? 15El corazón del entendido adquiere sabiduría; y el oído de los sabios busca la ciencia. 16El don del hombre le ensancha el camino, y le lleva delante de los grandes. 17El justo es el primero en su pleito; y su adversario viene, y le busca. 18La suerte pone fin a los pleitos, y decide entre los fuertes. 19El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte; y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar. 20Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios. 21La muerte y la vida están en poder de la lengua; y el que la ama comerá de sus frutos. 22El que halló esposa halló el bien, y alcanzó la benevolencia del SEÑOR. 23El pobre habla con ruegos; mas el rico responde durezas. 24El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano. |