Biblia Jubileo 2000 1Acuérdate, oh SEÑOR, de David, de toda su aflicción; 2de cómo juró al SEÑOR, prometió al Fuerte de Jacob: 3No entraré en la morada de mi casa, ni subiré sobre el lecho de mi estrado; 4no daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados adormecimiento, 5hasta que halle lugar para el SEÑOR, moradas para el Fuerte de Jacob. 6He aquí, en Efrata oímos de ella; la hallamos en los campos del bosque. 7Entraremos en sus tiendas; adoremos al estrado de sus pies. 8Levántate, oh SEÑOR, a tu reposo; tú y el arca de tu fortaleza. 9Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus misericordiosos. 10Por amor de David tu siervo no vuelvas de tu ungido el rostro. 11Juró el SEÑOR verdad a David, no se apartará de ella; del fruto de tu vientre pondré sobre tu trono. 12Si tus hijos guardaren mi alianza, y mi testimonio que yo les enseñare; sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre. 13Porque el SEÑOR ha elegido a Sion; la deseó por habitación para sí. 14Este será mi reposo para siempre; aquí habitaré, porque la he deseado. 15Bendeciré abundantemente su provisión; a sus pobres saciaré de pan. 16Y a sus sacerdotes vestiré de salud, y sus misericordiosos exultarán de gozo. 17Allí haré reverdecer el cuerno de David; yo he aparejado lámpara a mi ungido. 18A sus enemigos vestiré de confusión; y sobre él florecerá su corona. |