Biblia Jubileo 2000 1Y respondió Bildad suhita, y dijo: 2¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, y las palabras de tu boca serán como un viento fuerte? 3¿Por ventura pervertirá Dios el derecho, o el Todopoderoso pervertirá la justicia? 4Porque tus hijos pecaron contra él, él los echó en el lugar de su rebelión. 5Si tú de mañana buscares a Dios, y rogares al Todopoderoso; 6si fueres limpio y derecho, cierto luego se despertará sobre ti, y hará próspera la morada de tu justicia. 7De tal manera que tu principio habrá sido pequeño, en comparación del grande crecimiento de tu postrimería. 8Porque pregunta ahora a la edad pasada, y disponte para inquirir de sus padres de ellas; 9porque nosotros somos desde ayer, y no sabemos, siendo nuestros días sobre la tierra como sombra. 10¿Por ventura ellos no te enseñarán, te dirán, y de su corazón sacarán estas palabras? 11¿Crece el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua? 12Aun él en su verdor sin haber sido cortado, y antes de toda hierba se seca. 13Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios; y la esperanza del hipócrita perecerá. 14Porque su esperanza será cortada, y su confianza es casa de araña. 15El se apoyará sobre su casa, pero no permanecerá en pie; se asirá a ella, más no se afirmará. 16A manera de un árbol, está verde delante del sol, y sus renuevos salen sobre su huerto; 17se van entretejiendo sus raíces junto a una fuente, y enlazándose hasta un lugar pedregoso. 18Si le arrancaren de su lugar, éste le negará entonces, diciendo: Nunca te vi. 19Ciertamente éste será el gozo de su camino; y de la tierra de donde se traspusiere, retoñarán otros. 20He aquí, Dios no aborrece al perfecto, ni toma la mano de los malignos. 21Aun llenará tu boca de risa, y tus labios de gritos de alegría. 22Los que te aborrecen, serán vestidos de confusión; y la habitación de los impíos perecerá. |